martes, 29 de abril de 2014

Şoimoş y vuelta a casa

Como ya os he contando, estando en Arad, Marta y Victoria decidieron volver a casa y yo continuar hasta Şoimoş, que es una fortaleza en ruinas en medio de ninguna parte.

Victoria y Marta cogían el tren de vuelta a casa hacia las dos del mediodía y yo tenía que esperar hasta las tres. Así que las acompañé a la estación para comprar su billete. Lo que pasó allí fue mi primer momento esperpéntico de esta última etapa del viaje. 

La cuestión es que los estudiantes tenemos dos tipos de descuento; uno simplemente con el carné de estudiante y otro con el cupón. A veces suelen coincidir los precios, pero otras veces no. Cuando no coinciden, es más barato con cupón que sólo con carné. Yo había mirado el precio del billete con cupón, que salía por 37,50 lei.  

Llegamos a la taquilla, la taquillera nos atiende en rumano. Nos dice que sin cupón y cuando van a pagar el billete les pide 51 lei. Y empieza a gritar no se que del cupón (no había manera de entenderla), le intentamos explicar que el cupón si sirve, que hemos cogido hace dos días otro billete con cupón.... un jaleo.... gritos, la taquillera que ni nos mira (giraba la cabeza y se hacía la sorda)... Decidimos ir a otra taquilla, la taquillera sale corriendo de su asiento para hablar con su compañera... en estas que estamos discutiendo que si el cupón vale, que no vale, que nos devuelva el dinero del único billete que Marta había pagado... y aparece la policía!!!!! Sí, aquí llaman a la policía toooodo el tiempo. Cualquier cosa que les discutas y llaman a la policía... Como si la policía no tuviera trabajo!

Total, el policía nos pide la documentación (nosotras ya alucinando en colores) y nos lleva a la parte trasera de las taquillas. Ahí llega la taquillera borde y empieza a gritar, mientras el policía nos estaba intentando explicar (tranquilamente y despacio, cosa que agradecimos porque le podíamos entender...) y el policía le dice a la taquillera que se calle que está hablando él. La otra que se enfada aún más. El policía nos explica que a los cupones les falta un sello para ser hábil (dos días antes habíamos usado los cupones sin problema), y nos dice que según la ley, una vez que la taquillera ha sacado el billete lo tienes que pagar; que él nos entiende con que el cupón debería ser válido para el año escolar... Resultado, Victoria tiene que pagar su billete sin cupón. Le tiende el dinero a la taquillera que se lo arranca de la mano, empieza a gritar, el policía que e dice que se calle.... un cisco total.

Nos fuimos a comer algo, con un cabreo monumental, y se fueron a coger el tren. Yo fui un poco más tarde a comprar mi billete (yo tenía mi cupón bien, con su fecha de "válido hasta" su sello y todo). Evidentemente no fui a la taquilla que habíamos ido antes, fui a la segunda taquilla por la que habíamos pasado. La taquillera no me escupió porque había un cristal en medio, no he visto en mi vida a nadie más desagradable (ni en hacienda en plena campaña de la renta.... jajajajaja). Compro mi billete con el cupón, sin problemas y me voy al andén a esperar.

Llego a Radna. Ya sé que que os dije que las ruinas están en Lipova, pero os explico. Lipova es un municipio formado por tres aldeas, Lipova, Radna y Şoimoş. Sólo Radna tiene estación de tren. Lipova tiene una calle con un mercado y Şoimoş.... bueno, sólo tiene las ruinas.

Empieza a llover según llego a la estación, y ya había mirado que tenía que andar como unos 40 minutos hasta las ruinas. Así que me poco el chubas, me ato la capucha, pregunto para asegurarme la dirección y me pongo a andar. Sólo tengo unas horas para ir y volver, si quiero coger el último tren. Si me tuviese que quedar a dormir.... sólo hay una pensión en Lipova.... Máxima presión.... jajajajajaja.
Echo a andar por el arcén de una carretera comarcal, la carretera comarcal con más tráfico de camiones que he visto en mi vida. Aquí conducen fatal, los camiones a toda velocidad, lloviendo.... jajajajaja....

En seguida veo al fondo las ruinas, así que por lo menos estaba segura que iba por buen camino. Al llegar al pie de la colina donde están las ruinas, veo una tienda, y en la puerta un taxi, y pienso... bien! si a la vuela veo que no me da tiempo, cojo un taxi.

Y subo a las ruinas. Una subida super empinada, sin camino bien definido, rocas, barro.... (¿llegaré? jajaja).











 


Al bajar, decido entrar en la tienda y preguntarles si podían llamar al taxi para volver a la estación. No iba mal de tiempo, pero seguía lloviendo, la subida fue durilla, y no me apetecía andar otros cuarenta minutos totalmente empapada. Me compré algo de beber y en mi "rumano" me conseguí hacer entender. Resulta que hay un autobús que hace la ruta Arad-Şoimoş (eeehhhh.... sí, un autobús que podía haber cogido para llegar a las ruinas.... jajajajaja). La señora de la tienda muy amable me dijo donde podía esperar al autobús.

Así que esperé como cinco minutos y vino el autobús (o algo lo más parecido posible a un autobús que se pueda encontrar en la Rumanía profunda... jajajaja). Iba yo sola, y el chofer muy majo, pero ni papa de inglés ni de español, así que conversación... limitada. Le pedí que me avisara cuando llegásemos a Radna, y le resultó bastante extraño. Cuando llegamos me avisó, pero me dí cuenta de por qué le resultó extraña la petición; porque para justo en la puerta de la estación (única parada.... jajajaja) que tiene un cartel bien grande que pone "Arad" jajajajaja.






Finalmente cogí en tren anterior al que tenía planeado. Radna-Deva, 3 horas. En Deva tuve que esperar 3 horas, así que aproveche para cenar algo en un McDonald´s 24 horas (y para cargar el móvil, que estaba casi sin batería!!!!). A las 00:40 cogí un tren para Alba Iulia (un pueblo cerca de Sibiu que tengo que visitar!!!), 2 horas de viaje. En la estación de Alba Iulia tenía que esperas dos horas más. Fui a la taquilla y me dijeron que para mi tren tenía que esperar una hora más (queeeee!!!!! que mi tren sale una hora más tarde de lo que pensaba???!!!! jajajajaja... no!!!! que tengo que esperar una hora para poder comprar el billete.... jajajaja... mi rumano da para lo que da.... y a veces mis traducciones van con pequeños fallos... jajajaja). Así que me voy a la cafetería de la estación, porque los bancos de la entrada no inspiran mucha confianza y huele maaaaal. 
La cafetería no huele mucho mejor, los dos señores que hay (borrachos y desdentados, jajajaja) no inspiran mejor confianza, la camarera.... no tengo calificativos para definirla... jajja, el café de los peores que he probado aquí (y aquí el café no es muy bueno...) y de fondo manele (ya os hablé del manele, la música rumana con influencia turca...) a todo trapo!!!! jajajaja. Menuda hora de espera!!! jajajaja.

Por fin compro el billete, la taquillera majísima, habla un poco castellano, y poco antes de llegar el tren viene a buscarme para decirme por que vía viene(vía 2). Hay un tren en medio de la vía 1, así que para pasar a la otra vía (evidentemente no hay paso ni a nivel, ni subterráneo, ni por arriba... jajajaja), el revisor del tren me abre la puerta y cruzo por dentro del tren. A oscuras total, en el andén, un vagabundo me dice que tiene ganas de mear y que cuantos años tengo... (miiiiieeeeeedoooooo, ajajajajaja) y veo que para el tren, en el andén donde estoy, pero allá donde Cristo perdió las sandalias. Dejo al vagabundo meando y salgo corriendo y me subo al tren (ya casi estoy en casa!!!!). Busco la única cabina donde hay una chica sola. Viene el revisor y me dice que eso es "primera" (con cupones sólo podemos viajar en segunda). Primera!!!! jajajaja, si hombre, primera dice!!!! Me cambio de vagón, que huele que apesta.... pero ya está, llegaré a casa en 3 horas.

Resultados: Llego a Sibiu a las 7:30, sin haber pegado ojo en toda la noche. Los trenes en Rumanía por la noche huelen mal, y las estaciones también. Me manejo en rumano como para poder viajar. Hay que preguntar antes de echar a andar si hay un autobús o algo , jajaja. Se me ha roto la mochila. 

Alucino con este país!!!! A veces me encanta, a veces no lo entiendo, a veces me quiero ir a mi casa!!! jaja.  

domingo, 27 de abril de 2014

Arad

Y llegamos al último día de este viaje. Y preguntareis, ¿pero el plan no eran cuatro sitios en cuatro días? Pues sí, pero a veces las cosas no salen como se planean. Salimos de Oradea a las 5 de la mañana, para llegar a Arad 7:30. (una vez más madrugón!!) Los trenes a esas horas son más baratos, además así teníamos todo el día para visitar las ciudades. El plan era coger directamente, pero la estación estaba totalmente levantada, en obras, así que perdimos el tren. Decidimos cambiar el plan.Marta y Victoria, por razones diversas, decidieron no seguir con el viaje, ver Arad y volver a casa. Y yo decidí reorganizarme, no iba a volver hasta allí solo para ver unas ruinas, así que no quería perder la oportunidad.

Arad (entre Oradea y Timişoara) es la más pequeña de las tres ciudades que visitamos, también en la frontera con Hungría y con una estructura similar a la de Oradea. La sensación que a mí me produjo, nada más llegar, es que el tamaño de los edificios era desmesurado.

Al caminar hacia el centro, lo primero que vimos fue una enorme iglesia ortodoxa. Supusimos que era de nueva construcción porque el interior estaba aún en cemento, y como ya sabéis por fotos anteriores de otras iglesias, éstas están completamente pintadas por dentro. Pero lo que aún no os he contado, es que en la ante sala de la iglesia, se pueden encender velas (igual que en las iglesias católicas) a un lado por los vivos, al otro por los muertos (organizado, ya veis, jajajaja).


Paramos a desayunar, y mientras yo buscaba las rutas y opciones para ir a Şoimoş, Victoria fue a la oficina de información y turismo a por unos planos.

Más adelante, por la calle principal, estaba el ayuntamiento (enoooorme) con una plaza muy curiosa y un pequeño mercado de comida. Y como todavía estamos en pascua (bueno, la semana después de Semana Santa, que este año han coincidido la católica con la ortodoxa) unos conejos de pascua enormes. Aquí tienen la tradición de los huevos de pascua y todo eso...




Llegamos a una plaza en honor a los héroes de la patria en dirección a la Cetatea, que al igual que la de Oradea tiene forma pentagonal. Cruzamos el río y anduvimos. Según nos íbamos acercando vimos una caseta con un policía militar el pie de una barrera. Es verdad!! ya habíamos leído en la guía que ahora era una base militar. De todas formas, en el plano que teníamos, en el centro de la Cetatea aparecía un monumento señalizado como punto turístico así que pensamos que quizá el monumento se podría visitar. Pues no! Así que de las mismas, nos volvimos. ¿Por qué señalizan en un mapa turístico un lugar de interés turístico que no se puede visitar...? Venga, decid conmigo... Rumanian style!!!! jajajaja.


Otro de los edificios que más nos impactaron fue una iglesia romano-católica (o sea, de las nuestras, jajaja). Esa pulguilla que se ve al pie de las columnas interminables soy yo, para que os hagáis una idea del tamaño. Y también, como podéis ver en la foto de la izquierda, el altar no esta separado de los feligreses.





En Arad está la segunda filarmónica más importante del mundo después de la de Viena (o eso dicen todas las guías consultadas; a saber, 3, jaja).


Y una iglesia evangélica. Que no tiene especial relevancia, pero ya que os estoy enseñando templos de diferentes credos por dentro, pues este también, para que veáis las diferencias.... jajajaja. Donde yo vivo, la religión mayoritaria es la greco-ortodoxa (y creo que en la mayor parte de Rumanía también), así que me resulta curioso que tanto en Oradea como en Arad pudiésemos ver tantos templos de tantos credos diferentes. Esta claro que Rumanía, en general es un país muy creyente.


Para terminar esta visita a Arad, algunas fotos cuiosas. Una libélula en el suelo a la entrada de una cafetería, las bicicletas-tiesto de otro bar y unos toboganes. ¿Unos toboganes? ¿Que tienen de especial para merecerse ser fotografiados? jajajaja. Íbamos paseando por un paseo al lado del río; el río a nuestra derecha y a nuestra izquierda, por debajo de nuestro nivel, un parque. Pues bien, estos toboganes conectaban nuestro paseo (nivel superior) con el parque infantil... (mejor que pones unas escaleras o un ascensor, ¿no creeis? jajajajaja). Y el Km 0 del condado de Arad.

No quiero extenderme mucho más, que se supone que esto tiene que ser ameno y divertido, así que el resto del día, la visita a Şoimoş y mi odisea para volver a casa, os la contaré en el siguiente post.

Además, mis queridos amigos inesperados, esos estudiantes que vendrán el año que viene a Sibiu y me están preguntando tantas cosas, estad atentos, en breve tendréis un post dedicado a vosotros; donde os pondré un montón de información y me podréis hacer preguntas.