Aventura en Râşnov

(Escribo esto mientras suena Sus până la cer de Deepcentral)

Ayer Judith y yo nos fuimos a otra excursión de un día. Para poder ir a Râşnov, que esta a 143 km. de Sibiu, cogimos un tren a las 6 de la mañana. Aún no despiertas del todo, y dadas las horas, cogimos un taxi hasta la estación de trenes. 

Esta vez, al comprar el billete, sí me hicieron descuento y me rellenaron un cupón. Mi primer cupón!!!! Así que vimos amanecer desde el tren!

Después de eso... nos dormimos, así que no hay más fotos hasta casi llegara a Braşov, nuestra primera parada. Esta es una ciudad bastante más grande que Sibiu, pero no era el motivo de nuestro viaje, tengo algo más especial preparado para ella (jajajajajaja.... que os creíais? Que os iba a enseñar todo de golpe? Noooooo.... jajajajajaja).

Llegamos a Braşov (por raro que parezca, sin contratiempos y dentro del horario previsto.... jajajaja) a las 9, pero no teníamos muy claro dónde quedaba la estación de autobuses donde teníamos que coger el bus para Râşnov que salía a las diez.

Preguntamos y encontramos la parada de autobús urbano que nos llevaba a la autogara 2 (estación de autobuses 2). Decidimos desayunar algo en la estación de autobuses, porque íbamos con tiempo y había HAAAAAMMMMMMBREEEEEE!!!!

Llegamos a la estación y pedimos unos bocadillos en el único puesto que estaba abierto, pedimos unos sandwiches y no entendimos por qué la señora que nos atendió se rió un montón, y nos puso lo que le dio la gana.... luego nos enteraríamos... jajajaja (y luego os enterareis....).

Estuvimos hablando con un señor en la estación, porque le preguntamos cuál era el autobús que teníamos que coger, y al parecer, en Rumanía es como darle permiso a alguien para que te cuente su vida.... jajajajaj. Pero era muy majo... así que le dejamos... (Algo de que quería ir a España para encontrar una mujer, o algo así...., que queréis?? Hablaba en rumano, y yo bastante tenía con mi bocadillo....jajajaja).

Habíamos mirado en la web y se suponía que el autobús costaba 11 lei, pero no, nos costó 4 lei (ya os he dicho, que en Rumanía nunca se sabe, y eso puede ser para bien o para mal, jajajajaj). El trayecto dura sólo 20 minutos, y como Braşov está bastante industrializada, el paisaje no era muy bonito (polígonos, fabricas....). Íbamos tan entretenidas leyendo y escuchando música, que cuando paramos en una parada, miré el reloj y me dí cuenta de que tenía que ser la nuestra. Corriendo preguntamos a unos chavales del bus y nos lo confirmaron... Casi a punto de volver a arrancar el autobús nos bajamos corriendo, y decidimos asegurarnos. Fue graciosa la cara del señor que nos vio bajar corriendo del bus y al que preguntamos a ver si estábamos en Râşnov (jajaja.. debió de pensar "estas, pobrecitas, de qué árbol se abran caído... jajajaja).

Andábamos por el pueblo buscando la forma de llegar al castillo, que era lo que se suponía que habíamos ido a ver. Preguntamos, nos indicaron y caminamos.

Algunas curiosidades; aquí en los pueblos es bastante común encontrarse con carros tirados por caballos, y como sé que a mis sobrin@s les encantará verlo, les saqué una foto a varios. Y otra cosa, el tema cableado urbano.... sin comentarios.... jajajajaja

Al castillo se tiene que ir o andando o en coche (o en taxi en su defecto), pero como veíamos el castillo a lo lejos, empezamos a caminar... Llegó un punto que lo perdimos de vista y no estábamos muy seguras de si el camino era el correcto, pero seguimos andando, y andando.... jajajaja como 1 km. (uuuuuuhhhh.... jajajajja). Hasta que volvimos a ver un letrero y una parking (y el castillo en lo alto!).

El camino era bastante empinado, pero allá que fuimos. Lo que nos encontramos arriba, mereció la pena.

Dentro del castillo había gente vestida como en la Edad Media, con espadas, lanzas... Había parte que estaba reconstruido, pero también una parte que estaba en ruinas, pero como el día esta genial para sacar fotos, pues la verdad es que lo disfrutamos mucho.

Después, queríamos ir a una cueva que estaba cerca y preguntamos a uno de los que estaban trabajando en el castillo y nos dijo que estaba a un kilómetro y medio, así que nos fuimos andando para allá.

La cueva en cuestión la encontraron en 2004, pero hasta el 2010 no la abrieron al público. Sólo estaba abierta la sala principal. Para entrar nos dieron una ficha que había que meter en un rodillo para entrar. El guía, además nos enseñó una caballo que había esculpido el espeleólogo que encontró la cueva y nos explicó que los sábados, la orquesta de Braşov ofrecía conciertos de música. Además para demostrarnos que la cueva no tenía ninguna fuente de luz externa, en mitad de la explicación apagó las luces (creo que avisó, pero como era en rumano, Judith y yo no nos enteramos.... jajajaja). Una pasada porque no nos veíamos la mano delante de la cara... oscuridad total, una sensación bastante rara.

 Des la cueva, tuvimos que desandar el camino de vuelta al pueblo, así que caminata de nuevo. Cuando llegamos al pueblo, no sabíamos donde teníamos que coger el autobús de vuelta, así que preguntamos. Encontramos la parada pero un tío que estaba en la parada nos dijo que faltaba una hora para el siguiente autobús. Teníamos que coger el tren, así que no nos iba a dar tiempo. Pero entonces, el tío nos dijo que por el precio del bus nos llevaba en coche, así que nos fuimos con él (y otro señor que estaba esperando al bus también). Resulta que el tío ese solía hacer eso los fines de semana para sacarse un dinerillo. Y la verdad es que estuvo bien, porque llegamos pronto y cómodamente a la parada del autobús urbano que teníamos que coger.

Tras varios sustos, porque nos entretuvimos (¿en qué nos entretuvimos? jajaja...con el diccionario... ¿Os acordáis que os he contado lo del desayuno? Pues es que mirando  en el diccionario descubrimos que habíamos pedido para desayunar, un sandwich de PANECILLO con kepchup!!!! jajajaja así que la señora se río y nos puso lo que le dio la gana!!), y casi bajarnos en la parada que no era... llegamos a la estación de tren con 40 minutos de adelanto, compramos el billete tranquilamente y nos sentamos en la estación en la vía que ponía en los paneles.

Esperando en la estación, a diez minutos de la hora de nuestro tren en la vía seguía parado un tren que iba a Bucarest... un poco mosqueadas, por si acaso nos jugaba de nuevo una mala pasada el rumanian style, preguntamos a un trabajador de la estación, que nos confirma que han cambiado la vía de salida del tren!!! Así que salimos corriendo a la otra vía.

Al menos, nos encontramos con un tren super nuevo... Pero al subir... era tan nuevo como achicarring!!! casi morimos, sudando como pollos.

El viaje de vuelta se hizo largo y pesado, pero como 15 minutos antes de llegar a Sibiu, se subió un niño de unos seis años (el señor que lo subió nos pidió que nos aseguráramos de que se bajaba en Sibiu). El crío super majo, cuando intenté hablar con él, me dijo muy serio que no hablaba bien.... jajajaja... sinceridad infantil!!! También le hizo mucha gracia al revisor, que no le cobró, y eso que el niño muy formal le sacó el dinero para pagar...

Y llegamos, se despidió de nosotras, su padre, que le estaba esperando, nos dio las gracias. Cogimos un taxi hasta la residencia con el plan de cenar, ducharnos e irnos a tomar algo. Así aprovechaba para escribir en el blog y contaros toda esta aventura.... pero me dormí, y no me desperté hasta media noche. Y ya veis, hasta ahora... no he podido escribiros, porque o no funcionaba la wifi, o no se cargaban las fotos, o me quedaba sin batería.... Este viaje ha sido una aventura, hasta contároslo....