(Escribo esto mientras escucho În dreapta ta de Vescan con Alina Eremia)
Si antes os hablo de la primavera.... Esta semana ha estado lloviendo unos días, lo que no motiva para salir y hacer cosas. Ha sido una semana tranquila, mucha habitación, clases y trabajos (el 10 de Abril tengo que hacer dos presentaciones y me están costando muchísimo prepararlas.... odio el inglés!).



El tren que nos tocó esta vez era también de los nuevos, así que el viaje fue bastante cómodo, aunque se nos hizo muy largo, nos se si porque era bastante pronto o por qué (reconozco que hubo un rato que nos dormimos... jajajajaja).
La estación de tren de Făgăraş está en las afueras, así que nos tocó andar un buen trecho hasta llegar al centro. El pueblo en sí no es muy bonito, no tiene grandes cosas que ver, pero lo elegimos porque tiene un castillo precioso, que aparece en muchas guías de viaje. También tiene una iglesia ortodoxa impresionante (de hecho fue lo primero que vimos a lo lejos mientras caminábamos hacia el centro). La iglesia tiene los tejados dorados (pero... dorados, dorados! super brillante!).


Cuando llegamos al centro buscamos la oficina de información, porque sabíamos que había una especie de monasterios excavado en una cueva para ver, una ermita y otras cosas. Y encontramos la oficina, pero estaba cerrada (aunque estábamos dentro del horario de atención.... no sé.... Rumanía....). Así que nos sacamos unas fotos.

El castillo y la iglesia ortodoxa están al lado, al lado también de la supuesta "oficina de información", así que al menos eso, no tuvimos problemas para encontrarlo. La verdad es que el castillo es impresionante. Está rodeado por un foso con agua, rodeado también de tilos, y el día era perfecto para las fotos. Pero juzgad por vosotros mismos (sí, aquí van las fotos.....).

El castillo, con su torre-prisión, su patio de armas, y también con un museo. El museo nos costó 5 lei, pero si queríamos sacar fotos teníamos que pagar 20 lei, así que pasamos. Lo más curioso del museo (aparte de las piezas expuestas, que estaban bastante curiosas) fue que en mitad del recorrido nos obligaron a ponernos unas fundas para los zapato (como las de entrar en los quirófanos... jajajaja) porque parte del recorrido se hacía sobre alfombras.

Después de comer (los garbanzos estaban super buenos, y no llevaban picante), decidimos intentar encontrar el monasterio excavado en piedra. Pero sin plano.... el resultado fue chasco total.
Así que optamos por darnos una vuelta por el pueblo. No era muy allá, así que sacamos pocas fotos del pueblo. Pero nos encontramos con una pequeña ermita (bueno, no nos encontramos con ella, estuvimos andando en círculos alrededor de ella hasta que encontramos la puerta un buen rato..jajajaja). Lo más curioso es el pequeño cementerio que había en recinto.
Y después de tanto andar buscando cosas para fotografiar, jajajja, decidimos hacer un alto en un parque, a la sombra.


Otro día, que tenga un poco más de tiempo (y de batería en el portátil), os contaré más cosas, y espero que disfrutéis de mis viajes y aventuras conmigo, a través del blog.